La ciencia, hermana pobre: no llega ni ‘su’ dinero


ROSA M. TRISTÁN

En la COSCE (Confederación de Sociedades Científicas de España), que representa a unos 80.000 investigadores de todo el país, no acaban de ver por ningún lado la cacareada recuperación económica en España (aunque estos días anda en caída libre), al menos en lo que se refiere a la ciencia. Es más, la ven en unos números rojos cada vez más altos, creciendo al mismo ritmo que las grúas-torre en las costas. Esos números rojos son los 20.000 millones de euros que tiene de déficit el sistema científico español. Pero es que, además, constatan un desinterés profundo de los políticos respecto a la realidad que se vive en los laboratorios. «Antes nos veíamos con algunos políticos cuando se planteaba la negociación de los presupuestos, aunque no nos hacían mucho caso. Ahora ni eso», reconocen.

LINK a «Informe COSCE PGE 2017»

(sigue)

La lista de agravios contra la investigación y el desarrollo de los gobernantes tiene tantos puntos negros que la presentación de su último informe sobre los Presupuestos Generales del Estado 2017 es como un pozo sin fondo. Entre todos los datos, llama la atención que un seis de cada 10 euros públicos (el 61,7%) destinados a la ciencia no se hayan gastado en 2016. Pareciera que los científicos no necesitan dinero. Sin embargo, resulta que un año más (porque esto viene de lejos) la mayoría de los fondos presupuestados eran créditos (en concreto, el 60%) y el minoritario resto son las subvenciones (2.612,11 M€), que son las que realmente utilizan los investigadores. Ahora bien, también sorprende mucho que un 18% de esas subvenciones se quedara en las arcas del Estado (230 millones), cuando tan bien habrían venido a los investigadores. ¿Cómo es posible? Pues porque el año presupuestario 2016  lo cerró el ministro Montoro en  julio, dejando a muchos científicos en la estacada.

El informe también entra en el asunto de si las cifras confirman que la «ciencia es una prioridad» . Si partimos de que el dinero total disponible es de 6.513,7 millones y de que sólo ha habido para este año 84,18 más que el anterior (un 1,3%) es fácil de entender su desesperación. Ese aumento es menos que la inflación prevista (1,9%), por lo que en realidad no es un aumento sino una disminución. «Es otro año perdido», señalaba José de Nó, tras mostrar una sucesión de gráficos en las que se veían en caída los recursos públicos.

Pero no sólo los proyectos tienen menos, sino que los organismos públicos de investigación (OPIS) también han sufrido recortes. El que más el INIA, de un 32%, pero también el Instituto Español de Oceanografía (un 7%), el IGME (un 4,1%), el Ciemat (un 2,7%)… y otros muchos aparentemente se han quedado como estaban en 2016, lo que quiere decir que también pierden. Crecer en fondo, no crecen en ninguno. Sin ir más lejos, el CSIC, que representa casi la mitad de todos, vió desaparecer este año casi 6 millones de euros (un 0,95%) de su ya escuálida cuenta presupuestaria.

Más allá  de las funestas cifras, COSCE no oculta el desencanto con la ansiada Agencia Estatal de Investigación, que iba a librar a la ciencia de una burocracia con la que casa tan mal la ciencia y la innovación. De momento, parece que no es ese su objetivo. Las sociedades científicas denuncian que el organismo, cuya función es gestionar los fondos y paliar los trámites administrativos al sistema, se ha quedado en  «una sección más de la Administración, con las mismas limitaciones que otros órganos administrativos». Total, la ciencia sigue como estaba. «El problema es que ni siquiera se detalla cuánto del presupuesto va a gestión de esa agencia y cuánto es para proyectos. Y seguimos sometiendo a la investigación a plazos que van de año en año, sin contar con que hay proyectos financiados a varios años. Si la agencia no sirve y sigue el descontrol, entonces mal vamos», reconocía otro de los autores del informe en su presentación, José Molero.

La preocupación se extiende al ámbito de la formación de investigadores. «Realmente, no hay forma de saber el presupuesto que se destina a este asunto. En cuanto a la formación de profesorado universitario (FPU) si vemos una caída del 2,2% , que aún es más grave si echamos la vista atrás y vemos de donde venimos», señalaban los representantes de COSCE tras poner otro gráfico. En él se veía como la formación  de investigadores dispone hoy de  23,46 M€ menos que en 2011. «Tendríamos que recordar que es ahí donde está el futuro del país si queremos ser competitivos. Y también poner mecanismos para atraer a científicos que están fuera y «para contratar a investigadores punteros, pero no es así», reconocía Molero. «Para solucionar este panorama sería necesario que los presupuestos crecieran al año un 5%, que no es tanto si pensamos que la media del PIB destinado en la OCDE es del 3%», concluía.

Entre las soluciones, desde COSCE siguen apostando por un pacto por la ciencia, como aquel que se quiso firmar en 2013 y al que no se apuntó el PP, para que se saque a la ciencia del enfrentamiento político. Pero para ello hay que tener políticos que sepan algo de ciencia y de la gestión que lleva detrás, y eso de momento si que es ‘ciencia-ficción’ a tenor de los resultados. Por ello, otra propuesta es que en el Parlamento y en el Gobierno haya asesores científicos, al estilo del que tuvo Barak Obama (seguramente despedido por Trump) y del que tienen otros muchos dirigentes europeos. «España no asiste a foros internacionales porque no tiene esa figura que sería muy necesaria. Nosotros no queremos que los partidos pongan ideología y utilicen la ciencia para enfrentarse, como ocurre a veces, sino de que dispongan soluciones para que ésta avance en nuestro país», apuntan.

De momento, todo indica que no les tienen en cuenta ni para aquello que les afecta.

 

 

 

 

 

Campaña de cerebros científicos ‘fugados’: «Yo soy leyenda urbana»


 

Leyenda

ROSA M. TRISTÁN

De nuevo los científicos del CSIC recurren a la plataforma CHANGE.ORG para intentar salvar la institución científica más grande del país. Si en julio de 2013 lograron casi 300.000 firmas para evitar el colapso del Consejo, al que se le había dejado con un presupuesto irrisorio (tanto que tuvo que ser ‘rescatado’ con una inyección de dinero) y en marzo de 2014 lanzaban otra campaña para evitar el cierre del Observatorio El Calar Alto, ahora vuelven con una nueva petición bajo el título: NO A LA DISCRIMINACIÓN DE TRABAJADORES EN EL CSIC. Además, la
Asociación para el Avance de la Ciencia y la Tecnología en España acaba de lanzar la campaña: «Yo también soy una leyenda urbana», en relación con las declaraciones del presidente del CSIC sobre la fuga de cerebros.

 

csic

Para empezar, la denuncia surge del autodenominado grupo de los Afectados Bolsa de Empleo CSIC,  tras conocer que éste quiere dar un giro al sentido de esta Bolsa, en la que se encuentran los profesionales a los que se les acaban los contratos, por obra o por servicio, y que hasta ahora volvían a ‘engancharse’ cuando había una oferta. En adelante, se pretende prohibir esta posibilidad a quienes hayan estado contratados durante más de dos años en los últimos 30 meses. Sólo podrán acceder a un nuevo contrato en el mismo lugar una vez que hayan transcurrido cuatro meses desde que dejaron su puesto.

Según Comiones Obreras e IU, que ha hecho público un comunicado, esta medida vulnera los derechos recogidos en el Estatuto Básico del Empleado Público (Artículos 55.1 y 55.2 del EBEP) y tiene su origen en las sentencias que han ganado unas 280 personas que encadenaban contratos y a la que se ha reconocido como personal indefinido no fijo en el CSIC. Un desastre vamos. Un trabajo fijo. Dónde vamos a parar…

Jordi Bascompte, del CSIC. |CSIC

Jordi Bascompte, del CSIC. |CSIC

La realidad es que en la actualidad hasta el 38% del personal de esta institución está contratado, y dado que no se convocan prácticamente plazas, que los mayores se jubilan, que algunos de los que si tienen plaza se están yendo porque en otros países tienen más dinero para investigar y que becas hay muy pocas, la única posibilidad de sacar adelante muchos proyectos es contratar, y a ser posible al personal más cualificado y que conoce mejor un área de investigación determinada. «Son estos contratos los que han permitido a los grupos funcionar, crecer y seguir formando científicos y técnicos», aseguran en su comunicado.

La petición de Change.org, con la que piden apoyo ciudadano, la dirigen al presidente del Consejo, Emilio Lora-Tamayo quien, como señalaba, durante la celebración del 75 aniversario de esta institución señaló que la fuga de cerebros en España «es una leyenda urbana»,  declaraciones que no sentaron nada bien en la comunidad científica. Tanto es así que ha dado origen a la campaña de la Asociación para el Avance de la Ciencia y la Tecnología en España (AACTE), en la que piden a los científicos que trabajan en el extranjero que se hagan una foto con el cartel que encabeza este artículo y lo envíen a un email  (aactes@gmail.com) con el nombre, especialidad y centro de trabajo.

 

Uno de los que se podrían hacer la foto con el cartel es el Premio Nacional de Investigación Jordi Bascompte, que denunciaba en EL PAIS, la descapitalizaciòn del CSIC a la que está llevando la falta de medios y una burocracia que poco casa con la ciencia. Y es que este ecólogo, al que entrevisté para el Anuario de Caja Burgos hace algún tiempo, y que logró 1,7 millones de fondos europeos para su proyecto, es uno de los protagonistas de esa ‘leyenda urbana’, pues es un cerebro que se va a la Universidad de Zurich (Suiza), porque aquí no puede trabajar. Y porque, según explica en este artículo, en este país ara contratar a un joven de la Universidad de Oxford (la sexta más prestigiosa del mundo) tiene que esperar meses de trámites, total para que al final concluyan que no tiene convalidada su carrera. De traca, pues en ese mismo ránking la primera universidad española ocupa el puesto 177. Y añade que, además, le obligan a especificar cada una de las funciones que va a desempeñar ese joven investigador, no sea que un día se le ocurra encargarle algo que no le corresponde y haya una demanda de las que ponen de uñas al ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro.

Carlos Andradas, en un acto por la ciencia.@RosaTristán

Carlos Andradas, en un acto por la ciencia.@RosaTristán

Pero es que la situación del Consejo no mejorará tampoco en 2015, a tenor de los presupuestos previstos. El Pacto por la Ciencia, firmado hace ahora un año, sigue siendo el acuerdo al que se agarran los investigadores para tratar de regresar al pasado, al 2009.  Pero, ay, no lo firmó el PP. Carlos Andradas, presidente de la Confederación de Sociedades Científicas de España (COSCE) me decía en una reciente manifestación por la ciencia: «En ese acuerdo queríamos recuperar las inversiones de ese año, pero a lo largo de cuatro años, queríamos que hubiera un plan en el capítulo de subvenciones, que es lo que realmente financia la ciencia pública, los OPIS como el CSIC, la investigación en las universidades. En este país, hemos perdido 1.800 millones de euros en cinco años. Y se podrían recuperar, a razón de unos 400 millones por año si, como nos dicen, la economía comienza a crecer, y, como nos dicen también, hay que apostar por el I+D. Pero los presupuestos para 2015 han sido una gran decepción. Se dijo que se iba a hacer esa apuesta en cuanto se pudiera, y resulta que las subvenciones son menos que en 2014. Si estos son presupuestos de consolidación de la recuperación, pues la apuesta por la I+D de este gobierno es muy pobre».

Con este panorama, parece que la única alternativa que queda a los investigadores españoles es irse o reclamar en plataformas públicas y conseguir fondos por sistemas de donación pública como el crowfunding. Una de esta plataformas para conseguir medios, Precipita, ha sido lanzada, precisamente, desde una Fundación pública, la FECYT, que depende la Secretaria de Estado de I+D+i. Vamos, que el Gobierno pide a los ciudadanos un compromiso que sus representantes no tienen. Y la verdad, por el éxito que suelen tener estos métodos, responden mejor los segundos que el primero, y que la inmensa mayoría de los empresarios. Ah, que esos también se lo están llevando fuera…

 

 

 

Científicos de Europa: «Han elegido la ignorancia»


ROSA M. TRISTÁN
Hace unos días, se daban a conocer los funestos presupuestos para 2015 que exprimen hasta dejar bajo mínimos a la investigación en España. Ahora, una carta publicada en la revista Nature, y firmada por un grupo de científicos europeos, encabezados por la astrofísica española Amaya Moro-Martín, contextualiza la debacle en nuestro país en un entorno europeo en el que la situación es igualmente preocupante. Se titula Han elegido la ignorancia (y aquí en inglés)  y en ella piden la firma de todos los ciudadanos en apoyo de la ciencia, que vive sus horas más bajas en el continente.

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Ciencia en España: cada día más vieja y más pobre


 

Manifestación por la ciencia. |ROSA M. TRISTÁN

Manifestación por la ciencia. |ROSA M. TRISTÁN

ROSA M. TRISTÁN

Ayer, una amiga expresaba su indignación porque su sobrino, una joven promesa de la Biología, cogía por la tarde un avión con destino a Suecia. Apenas unas horas antes, otra se quejaba de que su hijo, que se llevó el Premio Nacional de Jóvenes Investigadores con 14 años, lleva ya un año viviendo en Suiza, y casi no le ve…Una tercera me recomendaba ver el documental ‘En tierra extraña’ de Iciar Bollaín, porque resulta que muchos de esos guantes desparejados que aparecen oerdidos en Escocia, en Australia o en Berlín son ingenieros, químicos, licenciados en ciencias ambientales…

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Abierta la puerta al despido de cientos de investigadores públicos


infolibre

El diario digital InfoLibre, que dirige Jesús Maraña, saca hoy una noticia que creo que merece difusión. Como bien dice Begoña P. Ramirez, con tanta información sobre el aforamiento del Rey, el Gobierno ‘ha colado’ una enmienda que abre la puerta al despido de cientos de investigadores públicos en universidades y en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).

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La ciencia, ‘fuera de agenda’


«Con estos presupuestos para la Ciencia estamos abocados a nuevos ‘rescates’ o aportaciones ‘extras’ antes de que acabe el año». La frase es del profesor Carlos Andradas, presidente de la Confederación de Sociedades Científicas de España (COSCE), una entidad que representa a miles de investigadores y que los últimos años hace un excelente trabajo de análisis de las inversiones que se hacen en este maltratado asunto. La dijo en una rueda de prensa, en la que por cierto no había más que una radio y ninguna cámara de televisión. Y es que la ciencia no está en la agenda.

Presentación del informe de COSCE. |ROSA M. TRISTAN

Presentación del informe de COSCE. |ROSA M. TRISTAN

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Un histórico Pacto por la Ciencia: todos menos uno


Acto de firma del Pacto por la Ciencia. |ROSA M. TRISTÁN

Acto de firma del Pacto por la Ciencia. |ROSA M. TRISTÁN

ROSA M. TRISTÁN

Eran muchos. Tantos que ha sido una odisea conseguir una foto en el que estuvieran todos. Era la firma del primer Pacto por la Ciencia (acuerdoXlaciencia_19dic13que firman en España todos los partidos políticos, todos menos el PP y UPN. Bueno y también CiU, que asegura que lo firmará, pero en otro momento, que no le venía bien… El acto ha tenido lugar en una sala  junto al Congreso de los Diputados, muy pequeña, cedida por uno los firmantes (en concreto el PSOE) ante los problemas que les estaban poniendo desde la Mesa del Congreso (el PP), que no encontraba donde ubicar un acto que no les venía bien porque, claro, no lo apoyaban. Boicot decían muchos.

Firmas del Pacto por la Ciencia. |ROSA M. TRISTÁN

Firmas del Pacto por la Ciencia. |ROSA M. TRISTÁN

Y es que después de marearles de aquí para allá, los representantes de la Carta por la Ciencia, a saber, los rectores de todas las universidades y presidentes de sociedades científicas y jóvenes y no tan jóvenes investigadores, decidieron pedir una sala ajena al Congreso para celebrar el acto, histórico, y por ello acabaron en la biblioteca de los socialistas, que tuvieron que tapar emblemas y cartelería para no herir susceptibilidades. Como las de CiU, que se descolgó en el ùltimo momento. Dicen, informa EFE, que porque era un acto ‘politizado’. Pero ¿politizado porque se trataba de pactar políticas científicas? ¿politizado porque los partidos enviaron sus primeras espadas? ¿politizado porque fue el PSOE quien cedió el espacio que necesitaban para no estar bajo la lluvia? Los organizadores no sabían dar con la respuesta…

El primero en hablar fue el representante de la Conferencia de Rectores. «Nos congratula que la comunidad científica responda a nuestras aspiraciones. Hubiera sido deseable que estuvieran todos», declaraba en alusión a los ausentes.

Sorprendentes, y certeras, fueron las palabras del paleontólogo Juan Luis Arsuaga, Premio Príncipe de Asturias de Ciencia. «Nuestra Revolución Industrial es antigua. Desde que los Austrias nos dejaron perder industrias en favor de flamencos, la economía española va de tumbo en tumbo…Invadido hoy el mercado por una manufacturas extranjeras que no sabemos pronunciar, la situación se ha agravado en términos inquietantes. Como ante el alud invenciones aportadas, no olvidemos que somosun  país pobre, exportador de algunos  frutos, no hay que ser zahorí para vaticinar escandalosa inflación fiduciaria. El déficit crecientes de Hacienda y empréstitos abrumadores contribuyente, son signos de ruina, que  sobrevendrá si la Providencia no hace un milagro cambiando nuestra Psicología. Pero por desdicha, el principio rector del Universo no se ocupa de los imprevisores ni de los tontos».  RAMÓN Y CAJAL 1934. Nadie diría que han pasado ¡80 años!
Carlos
Carlos Andradas, presidente de la COSCE, a continuación, leyó el acuerdo por el que llevan peleando tanto tiempo, que ha sido suscrito  por miles de investigadores. El acuerdo recuerda el dato de que el gasto en I+D bajó  al 1,3% del PIB  en 2012 (una décima en tres años) y lo hará más en 2013, mientras la media UE supera 2% y camina al 3% en 2020. ¿No parece evidente que hay relación entre crecimiento económico e inversiones en investigación? Pues parece que no, porque en los presupuestos de 2014, que precisamente también se aprobaron ayer, entre recortes por aquí y por allá de los servicios públicos, se mantiene un reparto entre  subvenciones y créditos para la ciencia que camina en el sentido contrario al de este acuerdo.

Juan Luis Arsuaga, leyendo a Ramón y Cajal.|ROSA M. TRISTÁN

Juan Luis Arsuaga, leyendo a Ramón y Cajal.|ROSA M. TRISTÁN

«Recogiendo ampliamente el sentir mayoritario entre los investigadores y del colectivo Carta por la Ciencia, queremos afirmar nuestro compromiso de apuesta por investigación, en torno a cuatro puntos que apoyarán los grupos parlamentarios:

1. Planificación plurianual para recuperar en tres años los niveles de inversión pública del 2009 (o sea, la vuelta al pasado)

2. Eliminación límites tasa de reposición del empleo publico (un 10%) para incorporar nuevos recursos humanos (los jóvenes no pueden acceder)

3. Establecer compromiso plurianual para el cumplimiento de los Planes Nacionales de I+D en sus convocatorias y plazos

4. Creación Agencia de Investigación prevista en ley, para gestión de los planes estatales con criterios científicos y con autonomía, pero con control parlamentario.

Nada revolucionario, rompedor, fuera de la realidad, más bien se trata de cumplir las reglas…. Incluso se comentaba en los pasillos que es algo tan de perogrullo que se trata del primer acuerdo que firman Amaiur y UPyD en años de legislatura. El PP, por su parte,  respondería después que «no se puede poner en entredicho su compromiso con la ciencia, firmes o no firmes» (palabras de su portavoz en I+D, Alejandro Fernández). Bien, es como hablar de dragones: existe la palabra pero no lo que describe porque ¿a qué llama Fernández  ‘compromiso’?

Alfredo Pérez Rubalcaba, firmando el Pacto. |RMT

Alfredo Pérez Rubalcaba, firmando el Pacto. |RMT

Después llegaron las firmas, empezando por Alfredo Pérez Rubalcaba, Cayo Lara, Rosa Díez... Un barullo de gente en un espacio mínimo que compartían diputados, científicos (allí estaba Amable Liñán, Jesús Ávila y muchos otros) con cámaras de televisión, fotógrafos,sindicalistas y asesores, que siempre los hay. Al final, hubo que hacerse la foto en otro lugar más amplio. No se si con o sin permiso de las autoridades pertinentes y su estricto reglamento.

Carlos Andradas, Amaya Moro-Martín y muchos más que llevan meses denunciando cómo el sistema científico se está yendo al garete, estaban satisfechos. Han tardado 10 años en conseguirlo. Arsuaga, antes de abandonar el lugar, me resumió sus impresiones en pocas palabras: «No creo en la magia, no creo que la situación cambie de un día para otro pero es un avance, un paso, porque lo ha firmado todo el arco parlamentario, salvo el Gobierno, que es el que tendría que cumplirlo; pero como los demás son alternativa del Gobierno, cuando lo sean, se lo recordaremos. Y no hay que renunciar a un pacto de Estado. No se trata de politizar la ciencia, sino de sacar la ciencia de la política de los partidos». Ojalá se logre.

Mujeres, ciencia y recortes, reunidos en Sol


ROSA M. TRISTÁN

La joven bioquímia Begoña Sot no pudo callarse y lo soltó, emocionada y nerviosa, pero lo dijo: «Programas y becas del Estado y las comunidades autónomas me han permitido estar aquí. Ahora han sido recortados. Espero que se refuercen para que otras jóvenes puedan subir a este estrado en el futuro«. Delante de ella, la secretaria de Estado de Investigación, Carmen Vela, y el presidente de la Comunidad, Ignacio González, y Margarita Salas y el presidente de L’OREAL España, François-Xavier Fenart, cuya empresa acababa de entregarle una ayuda de 15.000 euros para continuar investigando. El aplauso fue tremendo. Mucho mayor que el dedicado a cualquier otro, desde luego infinitamente más sonoro que el que recibieron Vela o el propio González, que ‘jugaba’ en casa.

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Amaya Moro-Martín: “Los responsables de Ciencia deberían haber dimitido ya”


Amaya Moro-Martín, una de las promotoras de la Carta por la Ciencia. |ROSA M. TRISTÁN

Amaya Moro-Martín, una de las promotoras de la Carta por la Ciencia. |ROSA M. TRISTÁN

“Están desmentalendo el I+D a cambio de apostar por Eurovegas”

“Los científicos han estado adormecidos y los recortes los han despertado”

ROSA M. TRISTÁN (publicado en ESCUELA)

Amaya Moro-Martín se convertirá por dos veces en su vida ‘exiliada’ científica. Astrofísica de formación, pasó 11 años trabajando en Estados Unidos y regresó a España hace cinco con un contrato Ramón y Cajal, programa que llevaba adscrita una plaza fija en un centro de investigación en España. Pero los compromisos de ayer son papel mojado hoy y la joven científica ya está haciendo las maletas. En enero se marcha de nuevo. “Regreso a Estados Unidos a trabajar para la NASA en el programa del James Web Space Telescope, que sustituirá al Hubble. Aquí no tengo trabajo”. Mente inquieta, luchadora, ha participado en la creación de la Plataforma por la Investigación Digna y en la Carta por la Ciencia, que aglutinan a miles de científicos contra del hundimiento del sistema de I+D.

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Y Ramón y Cajal ‘resucitó’ para unirse al luto por la Ciencia


*Los científicos convocan una carrera domingo 20/10/2013, en Madrid: LIBERANDO PRESIÓN

ROSA M. TRISTÁN

Y Ramón y  Cajal ‘resucitó’. Lo hizo metafóricamente en un acto que puso fin a la jornada de ‘Luto por la ciencia’ convocada por los firmantes de la Carta por la Ciencia, ese documento con cuatro puntos básicos que firmaron decenas de miles de personas y a la que el Gobierno ha hecho caso nulo.

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